Lo hacemos en los días que hay de todo pero en pequeñas cantidades. Generalmente en casa pasa eso al menos una vez a la semana. La solución es entreverar todo y hacer un guiso. Queda más rico si tiene porotos frescos o secos, según la época del año. En invierno solemos hacerlo con habas cosechadas del día. Comenzando la primavera utilizamos arvejas. Ocasionalmente utilizamos lentejas ya que éstas no las producimos aún en la huerta y tenemos que comprarlas.
Para comenzar ponemos un chorrito de aceite en la olla a presión y doramos cebolla, morrón y ajo finamente picado y zanahoria rallada. Agregamos carne picada y tomate natural o salsa, según la disponibilidad del momento. También lo podemos hacer sin carne, sin que varíe mucho el sabor. Condimentamos con orégano y tomillo fresco. Cuando todo eso está dorado le agregamos la verdura picada en cubos (boniato, papa, zapallo, choclo) y los porotos o habas si son frescos. De lo contrario, si los granos son secos, habrá que remojarlos previamente en agua durante varias horas y luego cocinarlos aparte. Finalmente agregamos agua y sal. Tapamos la olla a presión y lo ponemos a hervir. Para la cantidad que hacemos generalmente en media hora está pronto para agregarle unos puñados de fideos entrefinos, o de cualquier otro tipo. Cuando no hay fideos le ponemos arroz. De última si no tenemos nada de eso, hacemos unos tallarines caseros.
Realmente el guiso es el caballito de batalla en esta casa. Recuerdo días en que hemos tenido que hacer guisos con una sola papa.
Y está el dicho: "Viene gente a comer, agrégale más agua al guiso"
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